viernes, 31 de agosto de 2012

(Último) Primer paseo


Postes,  lapachos y poetizas


La mejor manera de poetizar no es escribiendo, sino viviendo, o mejor dicho sintiendo la vida. Una vez sentí poesía en mi interior, pero sabía que no había nacido de mi, que solo existía porque otra persona  la había sembrado allí y la había hecho crecer alimentándola de pasión. Aquello que sentí fue tan fuerte que tuve el coraje de intentar escribirlo, lamentablemente mis capacidades de escritor no son las ideales, y no llegue a expresar ni siquiera una mínima parte de lo sentí… Así nació este texto, ella sembrando la poesía en mí y yo tratando de poner las palabras, porque ella es la verdadera poetiza y yo sólo fui el papel.


















































Si no se entiende, el texto original dice algo así:

Alas negras
Ángel de alas negras, llévame a volar contigo, regálame un ultimo beso aunque sólo sea el beso de la muerte. Mujer de dos corazones, ambos abiertos al amor; cuánto daría yo por poder alojarme en uno. Escultora de mis mejores alegrías, sólo tus manos maltratadas y suaves, pueden modelar mis pesadillas y convertirlas en sueños de utopía. Leona imprevisible, tus caricias son poesía, y tus mordidas son caricias; tu adictivo veneno mata de amor. Cuando duermes eres como el bosque, silencioso y atrapante bañado por la luna, verte dormir es como soñar, con un milagro de paz  y ternura. Niña de la sonrisa de sol, te pido que nunca dejes de sonreír, porque tu sonrisa hace cantar a las flores, y en las aves hace florecer el amor. Que pálido es mi camino sin tus pasos, que vacío que es el mundo sin tu arte,  que silenciosos son los días sin tu risa, que frías que son las noches sin tu pasión.  Ahora en la oscuridad de mi vida, tus ojos todavía alumbran, y como brillantes puñales de cristal, se clavan en mi mente, desangran mi corazón. Pero tus ojos no me dañan, y tus besos no me matan; sólo me daña tu ausencia, sólo me mata mi esperanza. No te preocupes ángel de alas negras, tanta luz me diste que nunca volverá la total oscuridad, y tanta vida me regalaste, que aunque vivir no sea lo mismo; la muerte nunca me encontrará.